Una derrota para ser felices

No es necesario a veces realizar partidos impresionantes,ni remontadas épicas, ni conseguir Títulos antes ni siquiera soñados, para darnos cuenta de aquello en lo que hemos llegado a convertirnos: en el Mejor y Más Grande Equipo de Andalucía que Andalucía jamás había conocido.

A tal punto llega nuestra preeminencia en esta Andalucía nuestra, dentro del deporte del balompié que, por todo objetivo, algunos no tienen más que el de vencernos (y, muy de tarde en tarde, conseguirlo).

Hoy la alegría de otros no hace más que acrecentar la mía incluso en la derrota. Mientras más se alegran ellos como seguidores del equipo del Barrio de Heliópolis (le pertenezca a quien le pertenezca), más me alegro yo de sentirme parte del Sevilla Fútbol Club. 

Si grande debe ser el sentimiento de ganarle a un GRANDE, cuando llevas tanto tiempo rumiando silencios de victorias que no llegan, más grande aún es la satisfacción de saber que tus metas están en otro lado, que accidentes tiene cualquiera, que nada tienes que aprender de nadie, y que eres espejo para tantos que en tantos sitios lo han reconocido, sumidos en la impotencia de ver como jugaba y juega con sus sentimientos quien se sabe dueño de un púlpito del que hasta la Justicia, de momento, le ha dicho que no tiene porqué bajarse.

Hoy, y desde el sábado a las once de la noche, la alegría de otros que piensan y sienten en otros colores me han hecho sentirme más sevillista todavía, y yo pensaba que eso era imposible... 

¡Gracias por ser tan felices! 

¡Gracias por hacerme tan feliz!