El pasado domingo nuestro equipo ganaba en Madrid al equipo de Calderón (no del Calderón). Algún que otro medio de comunicación hablaba de posible "incendio" en la entidad del Bernabeu si a los de Jimenez les daba por ganar. Y ganaron. Y los acontecimientos comenzaron a precipitarse, porque el último Campeón de Liga se colocaba quinto en la clasificación, por debajo del Sevilla FC y, lo más importante para ellos, a 9 puntos del Barça.
Algo había que hacer, y vaya "algo" que han hecho: el anterior mister del Sevilla F.C., equipo que le dió todos los títulos de los que hoy presume (menos una copa cervecera de Inglaterra), se aupa al puesto que ocupaba hasta esa misma mañana Bernard Schuster. No le perdonaron al alemán tener una buen montón de bajas, ni tan siquiera que su equipo fuese capaz, a base del peso de su escudo, llegar a empatar un partido que perdía 1-3. Sera que en la Casa Blanca madrileña no pensaban que el equipo no era tan malo como para perder contra el de Arahal.
El caso es que aquel que un 27 de abril de 2006 desde el banquillo del Ramón Sánchez Pìzjuán vivió una de nuestras más mágicas, se volverá a sentar también en La Bombonera de Nervión, pero en el banquillo contrario, un 26 de abril de 2009 (tres meses antes de sentarse en el banquillo pero de los acusados, por incumplimiento de contrato).
2 años después de la noche más feliz, en mi opinión, del sevillismo, aquella de nuestro Antonio Puerta, que falleció siendo él su entrenador, volverá el ex del Totenham a verse las caras con la afición a la que tanto le hubiese gustado recibirle de otra manera. Pero así lo quiso él y toda la montaña de millones de euros que le puso por delante (para casi nada) el personal del White Hart Lane.
En fin, el Real Madrid ya tiene nuevo entrenador: ¿cuántos prohombres en la historia de la humanidad ha dicho que la historia es cíclica?
Algo había que hacer, y vaya "algo" que han hecho: el anterior mister del Sevilla F.C., equipo que le dió todos los títulos de los que hoy presume (menos una copa cervecera de Inglaterra), se aupa al puesto que ocupaba hasta esa misma mañana Bernard Schuster. No le perdonaron al alemán tener una buen montón de bajas, ni tan siquiera que su equipo fuese capaz, a base del peso de su escudo, llegar a empatar un partido que perdía 1-3. Sera que en la Casa Blanca madrileña no pensaban que el equipo no era tan malo como para perder contra el de Arahal.
El caso es que aquel que un 27 de abril de 2006 desde el banquillo del Ramón Sánchez Pìzjuán vivió una de nuestras más mágicas, se volverá a sentar también en La Bombonera de Nervión, pero en el banquillo contrario, un 26 de abril de 2009 (tres meses antes de sentarse en el banquillo pero de los acusados, por incumplimiento de contrato).
2 años después de la noche más feliz, en mi opinión, del sevillismo, aquella de nuestro Antonio Puerta, que falleció siendo él su entrenador, volverá el ex del Totenham a verse las caras con la afición a la que tanto le hubiese gustado recibirle de otra manera. Pero así lo quiso él y toda la montaña de millones de euros que le puso por delante (para casi nada) el personal del White Hart Lane.
En fin, el Real Madrid ya tiene nuevo entrenador: ¿cuántos prohombres en la historia de la humanidad ha dicho que la historia es cíclica?
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