Y no toca porque no debe tocar, que en esto del fútbol cosas más raras se han visto. Incluso, mejor dicho, las hemos visto nosotros con nuestros propios ojos poco antes de ser campeones de todo lo que hoy podemos decir que somos campeones.
Hoy es día de ver hasta qué punto llega el compromiso con el equipo, con el Club, con el proyecto, con los objetivos.
Sería precioso volver a reeditar el título de 2007, el del 23 de junio cuando Madrid parecía Sevilla, cuando la M-30 parecían la salida de la Gota de Leche a eso de las 2 de la tarde.Cuando los vagones del AVE cambiaron sus colores azulados por los blancos y rojos de las camisetas, de las banderas, de las gorras, de tanta tramolla (sin premio) caminito de Madrid para recoger (que yo creo que era tal el convencimiento que no fuimos a ganar la Copa, fuimos a recogerla) el título de Campeones de España de la Copa de S.M. El Rey, ese el nombre completo, del que ya tenemos cuatro (cuatro, ¿leen bien algunos? cuatro) ediciones en nuestras vitrinas.
Pero, antes de todo eso, Palop o Varas, Konko o Crespo, Romaric o Fazio, etc., etc., tiene que traerse para acá un resultado que no nos ponga el corazón en la boca en el partido de vuelta con cualquier imprevisto...
A las 9 de la noche dicen que va a hacer un frio que pela en Ponferrada. A las 11, el equipo debe estar caminito del hotel o de casa con el cuerpo calentito y el zurrón de goles bien repleto, porque ni hoy ni el próximo día 12 de noviembre toca fallar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario