Esperando, nosotros, que llegue el próximo 7 de octubre para el sorteo de la liguilla de grupos, y una vez repuestos del mal trago de Red Bull (mal trago por el ratito del cesped artificial), ahora toca pensar en los chicarrones de Jokin, que dicho así parece que el mister nació en el Barrio Viejo de Bilbao y al lado del Ría de Nervión. Que algo tiene de verdad, sobre todo por lo de Nervión, porque en un Nervión sí que estuvo Caparrós (así con "c" y sin ninguna "h" por medio, que si no leeríamos otra cosa). Pero en el Nervión de aquí abajo, el de enfrente de Los Lebreros.
Joaquín Caparros, y no Jokin, es de Utrera, más sevillista que el cemento del Gol Norte del Ramón Sánchez Pizjuán, y creo yo, que con unas ganitas de volver para su tierra que sólo el sabrá, por mucho que ya sepa algo de euskera.
El domingo, a pesar de todo, de 5 a 7 de la tarde no habrá amigos. El año pasado (4-1) no los hubo, y este año no debe ser una excepción.
Por cierto, nadie pregunta por Javi Navarro. ¿Qué hacemos cuando se recupere? ¿Quitamos a Squillaci?, ¿a Escudé?, ¿a Prieto? ¿Le ponemos con Drago o con Mosquera (pareja de la SuperCopa de España)?
Y ¿qué hacemos con Jiménez? Porque resulta que no pierde desde el 19 de Abril (jornada 33, 1-4 ante el Almería ¡vaya baño nos dieron en casa!), y van ya yo que sé cuantos partidos si perder, y cinco sin ver a Palop entre sus redes recogiendo balones.
Pero Jiménez no es entrenador para el Sevilla Fútbol Club, eso dicen algunos, creo yo que por inercia (por morir mantando).
Pues no sera entrenador para el Sevilla, pero el domingo seguirá siendo el que se siente en el banquillo (que apenas se sienta) para intentar volver a ganarle al Athletic de Bilbao.
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