Verán abajo como se expresa el tal Aguirre. Y si después ocurre algo grave qué pasa, recurriran otra vez al Ministerio de Interior (que pagamos todos) para que les sirva de nuevo como gabinete jurídico, o el recurso sera de nuevo apelar al Presidente del Gobierno, que lo es de todos, para que escriba a quien corresponda para pedir no sé qué cosas.(A muerte dice que está con el Atlético. Aquí te quiero ver ZP).
Por partes: lo ocurrido en el Vicente Calderón fue durante un partido de fútbol, no durante un acto público, concierto o similar. Por ello, todo debería haber quedado en la esfera de lo meramente deportivo, esto es, entre el equipo colchonero, el Olimpic de Marsella y la UEFA.
La actuación del Ministerio de Interior tiene su lógica ya que se había puesto en duda la actuación de nuestra Policía Nacional (y digo bien, nuestra). Pero aprovechar ese tirón para hacer trascender a la esfera de lo político un acontecimiento deportivo, me parece excesivo, entre otras cosas, porque si se hubiese tratado de otro equipo que no fuese R. Madrid, At. Madrid o Barça, esto no hubiese tenido igual repercusión ni mucho menos la transcendencia que se la ha dado al caso..
Por otro lado, el recurso al Presidente del Gobierno (y las manifestaciones de los responsables políticos de otros partidos políticos: PP, IU, etc.) no tenían, en mi modesta opinión, razón de ser ya que, como digo, se trataba de un partido de fútbol y el fútbol tiene sus propios tribunales y medios para solventar los problemas aceptados por tantos cuantos forman parte del orbe futbolístico mundial.
Y en cuanto al tal Aguirre: el mexicano no se ha enterado que el Presidente del Sevilla F.C. fue el primero de los de la Primera División española que puso a disposición del equipo de Cerezo nuestro Estadio si se daba el caso (como por desgracia y agravio para el resto no ha ocurrido) de que el Estadio vecino del Rio Manzanares fue clausurado. Ni se ha enterado éste, ni se enteró el tal Roberto Dominguez, pero lo del compañero de mesa de Ramón Calderón casi que es lo menos. No sé a quien le importará su existencia. Y de MARCA para qué vamos a hablar...
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