No les hablo de una marca de caramelos ni de nada de eso. Me refiero a la diferencia entre un director deportivo como Monchi y otro como Mijatovic. Evidentemente el segundo tiene más títulos que el primero. Es más, fue suya la autoría del gol que devolvió al Real Madrid a los altares del futbol europero no sé cuantos años después y con el formato Champions ya bien avanzado.
Pero de ahí a saber de fútbol, como dirían los cursis, media un avismo.
Porque es muy fácil fichar cuando cuentas con un presupuesto al que es dificil verle el fondo, aunque ese fondo pinte mas en números rojos, que en dígitos azules, como así parece que es el caso actual del equipo meregue de la Capital de España.
De ese modo, y con el prestigio que da echar un firma en un contrato que te ofrezca el club de Concha Espina en lo referente a su pasado, cualquiera se trae a cualquiera.
Y, a pesar de eso, ¡vaya cabreo tiene en Madrid con el tal Mijatovic después de la que ha liado con los últimos fichajes que ha realizado! Lo sé porque además de ver lo que publicaron las distintas portada de MARCA día atras, he estado de visita en la Capital durante estas pasadas Navidades, y el madridismo capitalino está que trina con quien ha metido la pata, con quienes le rodean y con quien aún continúa de vacaciones en el Caribe, aún con el fiasco de gestión que se ha realizado en el club que preside gastando 50 millones de €. 30 de ellos en un jugador que vino lesionado a sustituir a otro lesionado, y 20 en otro a quien no le respetan su decisión de llamarse como guste (Lass), entre quienes ahora tiene que elegir el nuevo mister (es la forma de llamar a un entrenador. Su significado castellano "señor" lo omito por cuestiones obvias).
¡Vaya chapuza!
Y entre las quejas solía surgir un nombre: Monchi, el director deportivo del Sevilla FC, culpable de los fichajes de Baptista, Alves, Keita, Poulsen, Maresca, Martí, Palop, Luis Fabiano, Kanoute, etc..., sin dinero y con tanta gente detrás poniéndole pegas a casi todos estos nombres desde que llegaron (Alves no valía, Kanoute estaba gordo y viejo, Luis Fabiano no tenía gol, patatín, patatan).
Al surgir semejante nombre resumaban impotencia: Monchi es nuestro, porque es sevillista, y porque de aqui no se mueve por mucho que algunos piensen que, en su trato diario con el actual entrenador del R. Madrid, éste le contagiese el virus de su avaricia crematística, es decir, su gusto por el dinero en cantidades ingentes.
Nada me gustó más en mi visita a Madrid que ver las caritas desencajadas del madridismo ante la pléyade de ineptos que hoy gobiernan los designios del que en su momento fue el mejor ejemplo de gestión de un Club en el Mundo.
Fue como un regalo de reyes adelantado. Pues nada, a seguir que 2009 no ha hecho mas que empezar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario